martes, 14 de agosto de 2012

HABLEMOS DE DROGAS EN ADOLFO ALSINA




HABLEMOS DE DROGAS EN ADOLFO ALSINA

Parto de la idea de la existencia del consumo de drogas por parte de la sociedad de Adolfo Alsina, y sobre esta idea me extiendo.
 Según la Organización Mundial de la Salud una droga es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, puede alterar de algún modo el sistema nervioso central del individuo que las consume.
Significativamente el análisis del consumo de drogas (legales e ilegales) se desarrolla en general a partir de un enfoque terapéutico.  
Digo significativamente porque todo esconde un sentido, no hay ingenuidad en la aplicación sistemática de estas miradas.
Lo que esto significa es que  el foco está puesto sobre el comportamiento del individuo, dejando de lado un análisis amplio, que contemple estas cuestiones desde una perspectiva social.
De esta forma se pierde de vista que se trata de un fenómeno complejo, que no puede ser abordado desde una sola mirada disciplinar o científica.
El consumo de drogas a aumentado en la Argentina (por lo tanto también en Adolfo Alsina),  ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas, hasta naturalizarse en el discurso cotidiano (crónicas periodísticas, letras de canciones, imágenes publicitarias) como práctica vinculada a la marginalidad y a lo delictivo.
Pero este crecimiento del consumo está presente en  todos los sectores socioeconómicos, y es parte de la sociedad en la que vivimos y  no de “otra”.
 El “problema de drogas” no es solo parte de una parte de nuestra sociedad,  no es solo problema de los pobres, las minorías o los barrios bajos, sino que  afecta a personas de toda clase social y del país entero. Es un problema de todos
Hablar de “las drogas” (en lugar de hablar de “la droga”)  es poner sobre la mesa un conjunto de procesos en los que interactúan de manera contradictoria, compleja y muchas veces conflictiva: los sujetos, las sustancias y los contextos socioculturales o realidades determinadas.
Por eso es necesario hablar de “las drogas” con nosotros como sujetos, con las sustancias que se consumen aquí en Adolfo Alsina (porque nuestro contexto y nuestra realidad está en Adolfo Alsina).
La OMS define el concepto de droga como “toda sustancia que, introducida en el organismo, puede modificar una o más funciones de este”. Pero no es esa la acepción de la palabra para la mayoría de las personas. 
En los discursos predominantes “La droga” se identifica con poderes y capacidades, se la explica como algo externo a la sociedad, el “problema de las drogas” aparece asociado así al temor y  a un peligro que atenta contra el conjunto y que amenaza a la población “sana”.
Es indispensable abordar los aspectos de nuestra sociedad vinculado al uso de las drogas y para ello es operativo recurrir al concepto de representación social:
Las representaciones sociales son fenómenos complejos, variables y determinantes de la vida social. A lo que hay que relacionar con la suma de valores, creencias, experiencias, actitudes, opiniones e  imágenes que conforman un saber, una determinada mirada particular sobre la realidad.
Es importante remarcar que en los fenómenos sociales, tan importante es lo que en realidad pasa, como lo que la gente cree que pasa.
Para la representación social, la droga siempre es un producto “mortalmente dañino”, lo que justificaría la prohibición de su uso.
Esta representación social considera drogas a algunas sustancias (cocaína, marihuana, LSD), en general a aquellas prohibidas, y no reconoce como tales a las sustancias permitidas (alcohol, tabaco, psicofármacos).
Si  a  “las drogas” se las asocia con las representaciones negativizadoras de la  juventud, los sentidos se multiplican: joven-droga-descontrol-pobreza-delito-marginalidad-inseguridad.
Debemos desarticular esta representación para legitimar el problema desde una perspectiva sincera que desnude la totalidad del problema, ya que el consumo de psicofármacos  rompe el mito de joven-droga-descontrol, ya que son los adultos quienes más consumen  psicofármacos.
La realidad nos muestra que en nuestra sociedad existen numerosos problemas relacionados con el consumo de drogas por parte de adultos, adolescentes y jóvenes para lo cual la respuesta más adecuada es sin dudas la Prevención.
Prevenir es educar, potenciar el desarrollo integral de la persona, fomentar la adquisición de las habilidades para saber afrontar y resolver aquellas situaciones que pongan en riesgo nuestra salud.
Seguir pensando “la droga” como un problema externo que solo afecta a una parte de la sociedad, es seguir negándonos a afrontar este problema.
Para ello debemos abordar el problema con seriedad, responsabilidad y sin hipocresías, las drogas es un problema de todos.
Necesitamos ponernos de acuerdo, muchos nos están esperando.

sábado, 11 de agosto de 2012

EL ASOMBRO, LA POLÌTICA DEL ASOMBRO Y LA DUDA INDISPENSABLE



EL ASOMBRO, LA POLÌTICA DEL ASOMBRO Y LA DUDA INDISPENSABLE

El asombro surge antes de la duda como origen de la filosofía como un asombro de la totalidad de los entes, del mundo.
Este asombro ocurre cuando el hombre en la antigua Grecia  libre de las exigencias vitales más urgentes –comida, habitación organización social etc. – y también libre de supersticiones que estrechan su consideración de las cosas, se pone en condición de elevar la mirada, mucho más allá de sus necesidades y contornos más inmediatos, para contemplar la totalidad del mundo y formularse preguntas como: ¿Qué es esto, el mundo?

Pero no es de este asombro del que quiero hablar brevemente, sino el asombro cotidiano del hombre frente a su realidad (contexto sociocultural).
Uno comienza por asombrarse (para bien o para mal) y luego duda. 
Duda del motivo del asombro o de donde nace ese deseo de asombrar al otro.
A veces uno levanta las cejas y exclama “ya nada me asombra en política” o al contrario feliz por lo que contempla se gratifica en lugar de desilusionarse.
Pero el asombro rara vez parte de las sombras que todo lo ocultan.
El asombro estalla en la luz y provoca a quién lo recibe,luego este nos moviliza o nos paraliza, pero nunca pasa inadvertido.
Quiero decir con esto que el asombro es también una advertencia.
Hace un tiempo un colega me dijo que para asombrarse está la juventud y para desilusionarse el resto.

La política del asombro es esa que estalla, siempre estalla,  y  varía en la riqueza de la mirada, (en el “como lo ve cada uno” ) y con eso quién nos asombra muchas veces nos engaña.
Se engaña al desprevenido asombrado disfrazándole lo viejo por nuevo, esa es una táctica casi siempre infalible.
 Lo nuevo genera ilusión, mientras lo viejo ya se sabe, no va a dar otro fruto que el que recogimos en la última primavera, o sí,  ¡¡va a dar uno mucho peor!!
Por eso cuidado con la vieja estrategia del mago, porque detrás de la galera están los cuervos y no los conejos….los conejos traen suerte y para eso nada mejor que una nueva chistera.
Que no te asombren los nombres de las cosas, es mejor dudar de las manos que los escriben.
Por suerte existen amaneceres asombrosos.

miércoles, 8 de agosto de 2012

FÁBULA DE LA SILLA

El tipo sentado en la mesa estaba gordo.
Alrededor de él varios cuervos, algunos bufones algún que otro perro.
La mesa era grande pero parecía chica y de ella solo resbalaban las migajas.
Un día los cuervos comenzaron a picotearle la pierna y ya no se detuvieron, los perros comenzaron a ladrar demasiado fuerte y los bufones no hacían reír ya a nadie.
El tipo estaba satisfecho pero los buitres esperaban su turno, querían su silla.
Y por fin llegó el día en que los cuervos llegaron a sus ojos y ya nunca más nada fue igual.



Los burros y los cerdos se repartieron la torta, el cumpleañero estaba ausente y las hienas se mofaban del festín que habían construido...y la silla...la silla quedó vacía.
Continuará...