sábado, 11 de agosto de 2012

EL ASOMBRO, LA POLÌTICA DEL ASOMBRO Y LA DUDA INDISPENSABLE



EL ASOMBRO, LA POLÌTICA DEL ASOMBRO Y LA DUDA INDISPENSABLE

El asombro surge antes de la duda como origen de la filosofía como un asombro de la totalidad de los entes, del mundo.
Este asombro ocurre cuando el hombre en la antigua Grecia  libre de las exigencias vitales más urgentes –comida, habitación organización social etc. – y también libre de supersticiones que estrechan su consideración de las cosas, se pone en condición de elevar la mirada, mucho más allá de sus necesidades y contornos más inmediatos, para contemplar la totalidad del mundo y formularse preguntas como: ¿Qué es esto, el mundo?

Pero no es de este asombro del que quiero hablar brevemente, sino el asombro cotidiano del hombre frente a su realidad (contexto sociocultural).
Uno comienza por asombrarse (para bien o para mal) y luego duda. 
Duda del motivo del asombro o de donde nace ese deseo de asombrar al otro.
A veces uno levanta las cejas y exclama “ya nada me asombra en política” o al contrario feliz por lo que contempla se gratifica en lugar de desilusionarse.
Pero el asombro rara vez parte de las sombras que todo lo ocultan.
El asombro estalla en la luz y provoca a quién lo recibe,luego este nos moviliza o nos paraliza, pero nunca pasa inadvertido.
Quiero decir con esto que el asombro es también una advertencia.
Hace un tiempo un colega me dijo que para asombrarse está la juventud y para desilusionarse el resto.

La política del asombro es esa que estalla, siempre estalla,  y  varía en la riqueza de la mirada, (en el “como lo ve cada uno” ) y con eso quién nos asombra muchas veces nos engaña.
Se engaña al desprevenido asombrado disfrazándole lo viejo por nuevo, esa es una táctica casi siempre infalible.
 Lo nuevo genera ilusión, mientras lo viejo ya se sabe, no va a dar otro fruto que el que recogimos en la última primavera, o sí,  ¡¡va a dar uno mucho peor!!
Por eso cuidado con la vieja estrategia del mago, porque detrás de la galera están los cuervos y no los conejos….los conejos traen suerte y para eso nada mejor que una nueva chistera.
Que no te asombren los nombres de las cosas, es mejor dudar de las manos que los escriben.
Por suerte existen amaneceres asombrosos.

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