HABLEMOS DE DROGAS EN ADOLFO ALSINA
Parto de la idea de la existencia
del consumo de drogas por parte de la sociedad de Adolfo Alsina, y sobre esta
idea me extiendo.
Según la
Organización Mundial de la Salud una droga es toda sustancia que, introducida
en el organismo por cualquier vía de administración, puede alterar de algún
modo el sistema nervioso central del individuo que las consume.
Significativamente el análisis del
consumo de drogas (legales e ilegales) se desarrolla en general a partir de un enfoque
terapéutico.
Digo significativamente porque todo
esconde un sentido, no hay ingenuidad en la aplicación sistemática de estas
miradas.
Lo que esto significa es que el foco está puesto sobre el comportamiento
del individuo, dejando de lado un análisis amplio, que contemple estas
cuestiones desde una perspectiva social.
De esta forma se pierde de vista que se trata
de un fenómeno complejo, que no puede ser abordado desde una sola mirada
disciplinar o científica.
El consumo de drogas a aumentado en la
Argentina (por lo tanto también en Adolfo Alsina), ha crecido de manera exponencial en las
últimas décadas, hasta naturalizarse en el discurso cotidiano (crónicas
periodísticas, letras de canciones, imágenes publicitarias) como práctica
vinculada a la marginalidad y a lo delictivo.
Pero este crecimiento del consumo está presente
en todos los sectores socioeconómicos, y
es parte de la sociedad en la que vivimos y
no de “otra”.
El “problema de drogas” no es solo parte de
una parte de nuestra sociedad, no es
solo problema de los pobres, las minorías o los barrios bajos, sino que afecta a personas de toda clase social y del país entero. Es un problema de todos
Hablar de “las drogas” (en lugar de
hablar de “la droga”) es poner sobre la
mesa un conjunto de procesos en los que interactúan de manera contradictoria,
compleja y muchas veces conflictiva: los sujetos, las sustancias y los
contextos socioculturales o realidades determinadas.
Por eso es necesario hablar de “las
drogas” con nosotros como sujetos, con las sustancias que se consumen aquí en
Adolfo Alsina (porque nuestro contexto y nuestra realidad está en Adolfo Alsina).
La OMS define el concepto de droga como
“toda sustancia que, introducida en el organismo, puede modificar una o más
funciones de este”. Pero no es esa la acepción de la palabra para la mayoría de
las personas.
En los discursos predominantes “La
droga” se identifica con poderes y capacidades, se la explica como algo externo
a la sociedad, el “problema de las drogas” aparece asociado así al temor y a un peligro que atenta contra el conjunto y
que amenaza a la población “sana”.
Es indispensable abordar los aspectos de
nuestra sociedad vinculado al uso de las drogas y para ello es operativo
recurrir al concepto de representación social:
Las representaciones sociales son
fenómenos complejos, variables y determinantes de la vida social. A lo que hay
que relacionar con la suma de valores, creencias, experiencias, actitudes,
opiniones e imágenes que conforman un
saber, una determinada mirada particular sobre la realidad.
Es importante remarcar que en los
fenómenos sociales, tan importante es lo que en realidad pasa, como lo que la
gente cree que pasa.
Para la representación social, la droga
siempre es un producto “mortalmente dañino”, lo que justificaría la prohibición
de su uso.
Esta representación social considera
drogas a algunas sustancias (cocaína, marihuana, LSD), en general a aquellas
prohibidas, y no reconoce como tales a las sustancias permitidas (alcohol,
tabaco, psicofármacos).
Si a “las
drogas” se las asocia con las representaciones negativizadoras de la juventud, los sentidos se multiplican:
joven-droga-descontrol-pobreza-delito-marginalidad-inseguridad.
Debemos desarticular esta representación
para legitimar el problema desde una perspectiva sincera que desnude la
totalidad del problema, ya que el consumo de psicofármacos rompe el mito de joven-droga-descontrol, ya
que son los adultos quienes más consumen
psicofármacos.
La realidad nos muestra que
en nuestra sociedad existen numerosos problemas relacionados con el consumo de
drogas por parte de adultos, adolescentes y jóvenes para lo cual la respuesta
más adecuada es sin dudas la Prevención.
Prevenir es educar, potenciar el desarrollo integral de
la persona, fomentar la adquisición de las habilidades para saber afrontar y
resolver aquellas situaciones que pongan en riesgo nuestra salud.
Seguir pensando “la droga” como un problema externo que
solo afecta a una parte de la sociedad, es seguir negándonos a afrontar este
problema.
Para ello debemos abordar el problema con seriedad,
responsabilidad y sin hipocresías, las drogas es un problema de todos.
Necesitamos ponernos de acuerdo, muchos nos están
esperando.
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